El XXXVIII Congreso Colombiano de Arquitectura y Urbanismo, que tuvo lugar del 16 al 21 de octubre, marcó un hito significativo al enfocarse en la arquitectura social y su impacto en la construcción de comunidades inclusivas y sostenibles. Este año, más de 22,000 personas se conectaron a las sesiones virtuales, mientras que 1,500 asistieron al evento presencial. El congreso contó con una impresionante participación de ponentes y estudiantes, incluyendo:

Speakers virtuales: 41
Ponentes estudiantes y profesionales: 35
Speakers presenciales: 48

Esta cifras destacan la importancia y la diversidad de perspectivas que se reunieron en el evento, convirtiéndolo en un espacio enriquecedor para el intercambio de conocimientos y experiencias en arquitectura y urbanismo.

 

La inauguración del congreso el 16 de octubre fue virtual, pero el 19 de octubre marcó el inicio presencial en Expofuturo, el centro de convenciones de Pereira. La ceremonia de apertura, enfocada en la Arquitectura Social, fue liderada por Silvia María Mendoza, presidenta de la Sociedad Colombiana de Arquitectos; Erika Tatiana Ayala, presidenta de la Agremiación Colombiana de Facultades de Arquitectura; y Alfredo Reyes Rojas, director ejecutivo del Consejo Profesional Nacional de Arquitectura y sus profesiones auxiliares.

El primer día del congreso presencial se destacó por la participación de reconocidos arquitectos, quienes compartieron sus perspectivas sobre el papel fundamental de la arquitectura y el urbanismo en la transformación de ciudades. Entre ellos, Jorge Pérez resaltó la importancia de la conjunción de pensamiento, continuidad y coherencia entre diversos actores sociales y políticos para lograr proyectos urbanos significativos. Pérez hizo hincapié en la necesidad de mantener la unidad de pensamiento y continuidad en los procesos urbanos para evitar la confusión y la falta de dirección en el desarrollo de ciudades.

En respuesta a discursos desvalorizando los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), el arquitecto señaló que estos son fundamentales como herramientas para dar dirección y coherencia a la agenda de desarrollo de una ciudad. Destacó que los POT no solo son instrumentos normativos, sino que también son vitales para desarrollar proyectos significativos, como la transformación de centros cívicos o iniciativas como Parques del Río.

Francisco Sanín, arquitecto y profesor, abordó el urbanismo como un hecho político, enfatizando la capacidad de la arquitectura para construir espacios de negociación y antagonismo en la ciudad. Subrayó la importancia de pensar en lo colectivo como un proyecto en constante evolución, planteando preguntas cruciales sobre qué tipo de sociedad estamos construyendo y cómo estamos manejando nuestras acciones en el ámbito del urbanismo social.

Otra intervención destacada fue la de Ignacio Alcalde, arquitecto español y urbanista, centrado en la creación de espacios urbanos y el desarrollo estratégico de ciudades y regiones. Alcalde abogó por una visión más amplia que trascienda la moda momentánea atribuida a las ciudades. Se refirió a la ciudad que queremos, destacando el papel dignificador y socialmente conectivo de la arquitectura. Propuso ir más allá del concepto de ciudades inteligentes y trabajar hacia una “ciudad completa”, que integre diversos atributos y modele un entorno urbano más allá de las limitaciones de las tendencias actuales.

Por su parte, el conferencista Jaime Vélez, arquitecto colombo-americano con más de 30 años de práctica profesional, expuso propuestas de gran impacto social en Pereira. Habló sobre la repercusión que puede tener la arquitectura icónica, como generador de desarrollo comunitario y social, mostrando lo que está pasando en Pereira, como el Plan Parcial Matecaña, el auditorio de la Universidad Tecnológica de Pereira o Arboretum proyecto de un edificio icónico de la Cámara de Comercio de Pereira.

El segundo día del congreso presencial en Pereira, exploró temas clave como el papel de la vivienda de interés social, la importancia de los ríos en el diseño urbano y la utilización de materiales sostenibles en la arquitectura, también profundizó en cuestiones éticas inherentes a la profesión y en la importancia de la vivienda como un derecho fundamental consagrado en la Constitución Política de Colombia. Se presentaron casos de estudio inspiradores, como el proyecto Parques del Río Medellín, que resaltó el valor del agua y su potencial para ser un servicio ecosistémico.

Parques del Río Medellín, presentado por Sebastián Monsalve Gómez, arquitecto y asesor de la Gobernación de Antioquia, es un proyecto que abarca 17 kilómetros de la configuración urbana de Medellín, que no solo se enfocó en aspectos arquitectónicos y paisajísticos, sino que también integró dinámicas sociales, como señaló el antropólogo Diego Pérez. Destacando la relación con el agua, se resaltó la transformación del río de un temor asociado a la violencia y cambio climático a un corredor biótico y servicio ecosistémico, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El congreso también exploró nuevas direcciones en la arquitectura social. Alejandro Saldarriaga destacó la fusión de la arquitectura efímera y de emergencia, enfocándose en embellecer lo cotidiano y abordar el aspecto social. Por su parte, Juan Miguel Durán, de Coonvite Arquitectura Cooperativa, abogó por la participación activa de los arquitectos en la construcción de la ciudad, especialmente en el contexto colombiano diverso y desafiante.

La utilización de materiales amigables con el medio ambiente, como la guadua, también ocupó un lugar destacado en las discusiones. Mauricio Cárdenas, experto en el manejo de la guadua, resaltó la importancia de construir de manera sostenible en una industria que a menudo es contaminante.

Mirando hacia el futuro, el arquitecto estadounidense David Goodman, decano de IE School of Architecture and Design, planteó el desafío que representa la Inteligencia Artificial para la arquitectura, demostrando que la disciplina no solo mira su pasado y presente, sino que también se prepara para afrontar las innovaciones tecnológicas venideras.

El congreso también reconoció la excelencia en la arquitectura con premios a destacados profesionales. Rafael Enrique Villazón Godoy recibió el galardón a la excelencia en la docencia ACFA, Iván Darío Acevedo Gómez fue honrado por su contribución al espacio público y fue el ganador categoría excelencia profesional, y Flavio Romero Frieri fue reconocido por su integridad profesional.

También se premio el El III Premio a la Excelencia en la Arquitectura Sostenible Vidrio Andino reconoció los notables esfuerzos de los proyectos finalistas que demostraron un compromiso excepcional con la arquitectura sostenible. El jurado, compuesto por Melissa Ferro, Diana Wiesner, John Saavedra, Julián Restrepo y Ricardo Escalante, anunció los ganadores de este prestigioso premio.

El ganador del III Premio Nacional a la Arquitectura Sostenible – Vidrio Andino ganador en la categoría institucional fue la “Torre Sapiensa”, diseñada por el Taller de Arquitectura de Bogotá en colaboración con la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Este proyecto resolvió de manera ingeniosa los desafíos específicos de su ubicación, recuperando la estética del ladrillo con un enfoque contemporáneo. Las plantas del proyecto utilizaron eficientemente el espacio disponible, generando una secuencia de espacios bien iluminados y ventilados. El jurado otorgó de manera unánime este premio, reconociendo que cumplía con los requisitos estéticos, técnicos y funcionales establecidos por la convocatoria.

En la categoría residencial, se otorgó una mención a “Ele 16” en Medellín, diseñado por JUM Arquitectos y Double C Design Conconcreto, destacando su enfoque holístico hacia los desafíos de la sostenibilidad. Este proyecto logró un equilibrio entre la preservación del entorno ambiental y la creación de espacios que promueven el bienestar y mejoran la calidad de vida de los residentes.

El ganador en la categoría residencial fue “Contree Las Palmas” en Medellín, desarrollado por Constructora Conconcreto. Este proyecto fue elogiado por su destacado compromiso con la sostenibilidad, marcando un equilibrio entre la preservación del entorno y la creación de espacios habitables de alta calidad.

 

El evento culminó con una mirada hacia el futuro, destacando la importancia de la arquitectura social en la construcción de un país más equitativo, sostenible y socialmente consciente. El 38º Congreso Colombiano de Arquitectura y Urbanismo reafirmó el compromiso de la comunidad arquitectónica con la innovación, la ética y la construcción de entornos que mejoren la calidad de vida de las personas.