Alejandro enfoca su práctica en la búsqueda de una arquitectura que interprete la complejidad de la cultura contemporánea, mientras teje vínculos simbióticos y sensibles con el entorno natural.

Su estudio fundamenta sus proyectos en un análisis profundo del contexto que se concreta en espacios que reflejan las múltiples formas del habitar del siglo XXI. Adoptando una visión crítica que establece una posición, entendiendo la construcción del territorio como un acto político, como un instrumento de transformación capaz de articular prácticas culturales inclusivas y sostenibles en lo social y lo ambiental.

El estudio ha obtenido reconocimientos como el como el Primer Premio en el Concurso Público de Arquitectura para el CEFE Chapinero en 2019, el Premio Lápiz de acero azul 2025, al mejor proyecto del año en Colombia, el Lápiz de acero en Diseño Arquitectónico 2025, el Lápiz de acero en Espacio Interior Público 2025, el Premio Mundial de la UIA, Ismet Barutçu, otorgado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) durante el Congreso Mundial de Arquitectura en Estambul (2005), Mención de Honor en la Bienal Colombiana de Arquitectura (2008), entre otros.