¿CÓMO LA PERSPECTIVA DE GÉNERO PUEDE IMPACTAR EL FUTURO URBANO?

El espacio público que conocemos hoy no es neutral, desde la cantidad de baños públicos y la forma en la que estos se segmentan, el comportamiento de las personas basadas en el género o las diferentes implicaciones que atraviesan estas, son el manifiesto de una planificación urbanística tradicional basada en un sistema capitalista y patriarcal.

Es por lo que hablar de una perspectiva de género en el urbanismo cada día toma más relevancia, en donde las mujeres son el centro de la discusión, no de manera exclusiva ni excluyente ya que no se basa en considéralas como una minoría que necesita ser escuchada o atendida, sino por el contrario son agentes activos con derechos que por ende se les valoran aquellas tareas que han sido invisibles en políticas y planeamientos urbanos.

No es un secreto que históricamente las ciudades han sido diseñadas mayoritariamente por hombres y bajo los roles de género, vinculando la labor del hombre con el espacio público y el de las mujeres con el especio privado del hogar.  El feminismo desde la segunda mitad del siglo 20 ha manifestado que es necesario el reconocimiento y la valorización del papel de la mujer en el hogar, cambiando la infravaloración de las tareas de reproducción y equiparándolas con las de la producción.

Según el Manual para la Planificación y el Diseño Urbanos con Perspectiva de Género las mujeres ocupan solo el 10 % de los puestos más importantes en los principales estudios de arquitectura del mundo, y las ciudades se han planificado y diseñado, históricamente, para reflejar los roles de género tradicionales y la división del trabajo en función del género. Por consiguiente, las ciudades funcionan mejor para los hombres que para las mujeres.

Es por ello, por lo que el urbanismo con enfoque de género busca centrar las decisiones urbanas bajo tres esferas: la productiva, reproductiva, personal y comunitaria. Teniendo a todas como eje principal sin beneficiar una más que otra, esto para crear espacios con una planeación inclusiva que garantice la igualdad del uso de la ciudad, la seguridad y la distribución de responsabilidades familiares, personales y laborales entre mujeres y hombres.

Así mismo el Manual para la Planificación y el Diseño Urbanos con Perspectiva de Género especifica seis áreas temáticas en el entorno urbano que, al combinarse con la desigualdad de género, limitan y ponen en peligro a mujeres, niñas y minorías sexuales y de género de todas las edades y capacidades:

  1. El acceso: utilizar los servicios y espacios públicos, sin limitaciones ni barreras.
  2. La movilidad: moverse por la ciudad de forma segura, fácil y asequible.
  3. La seguridad y la ausencia de violencia: estar libre de peligro real y percibido en los ámbitos público y privado.
  4. La salud y la higiene: llevar un estilo de vida activo sin riesgos para la salud en el entorno construido.
  5. La resiliencia climática: poder prepararse, responder y hacer frente a los efectos inmediatos y a largo plazo de un desastre.
  6. La seguridad de la tenencia: tener acceso a la tierra y la vivienda y ser propietarios de ellas para vivir, trabajar, y generar riqueza y capacidad de iniciativa.