El módulo debe ser independiente, práctico, ágil y permitir una construcción rápida y sencilla. Debe resolver la situación actual de emergencia COVID, creando un micro espacio habitable con todos los requisitos para que una persona o una familia con dos hijas puedan aislarse en el campo y experimentar una nueva forma de habitar.

Se propone reutilizar un contenedor marítimo de 20 pies, emplazado rodeado de árboles nativos (robles) para protegerse del sol. La cara más corta se orienta al poniente y se protegen las fachadas del sol mediante un revestimiento de madera (tablilla de teca de 4”x1”) extraída de la misma finca. Interiormente, se aísla con Termolón y se utiliza drywall para lograr un acabado simple y minimalista.

El módulo se apoya sobre pedestales prefabricados de concreto de 40 cm, dejando el terreno natural libre y facilitando las instalaciones hidrosanitarias. El baño se ubica en un módulo anexo, permitiendo más espacio dentro del contenedor. En la ducha se conserva un roble, respetando la naturaleza existente en el lugar.

La propuesta de la mini-casa en un contenedor se concibe en base a una nueva espacialidad interior de doble propósito y muebles multifuncionales para el ahorro de espacio (cocina-comedor/home office/mueble escalera/camas nido). Se optimiza el espacio en vertical instalando dos camas de 1.60 para una familia de 4 personas, con la opción de sofá cama.

El diseño interior se basa en reciclar materiales sobrantes de la finca. Se recicla un tanque de aceite de 200 litros para el mueble del lavamanos. Los pisos se plantean en concreto pulido tradicional de los kioskos de la misma finca. Los acabados de muebles y escaleras son en roble natural, con enchapes y pisos en baños en china lavada y cerámica tipo madera. Se propone una terraza a nivel como una extensión del hábitat, aprovechando la sombra de los árboles como zonas de descanso, con hamacas y una terraza superior para disfrutar de las vistas del lugar y de actividades al aire libre como asados, fogatas y una alberca elaborada en concreto con las mismas formaletas usadas para los bebederos del ganado. El pozo séptico se realiza en llantas recicladas de camión de ganado.

Este refugio puede utilizarse como vivienda para enfrentar emergencias o como concepto turístico “Glamping”, que permite escapar de la ciudad y lo cotidiano, rodeado de naturaleza. La experiencia de habitarlo es única, reflexionando sobre el espacio mínimo necesario para vivir (18m2), donde prima lo funcional y las necesidades básicas (cocinar, descansar, dormir y asearse). Las actividades lúdicas se desarrollan hacia el exterior, aprovechando al máximo su ubicación en el campo, permitiendo disfrutar de paisajes, atardeceres, cabalgatas, paseos a las quebradas, fogatas, asados, pesca, avistamiento de aves, garzas, monos colorados y todo lo relacionado con la ganadería.

  • AÑO DEL DISEÑO: 2020
  • CIUDAD: Planeta Rica
  • DEPARTAMENTO: Córdoba
  • AUTORES: RAFAEL PERTUZ ARQUITECTO
  • COLABORADORES: Arq. Tobit Nieto, Diseño interior Ana María Peña,
  • ESTUDIOS TÉCNICOS: Arq. Rafael Pertuz
  • FOTÓGRAFO: ARQ. RAFAEL PERTUZ